lunes, 26 de agosto de 2013

Dueños de las Mujeres

Antes, no muchos años atrás, los hombres eran “los dueños” de las mujeres, un concepto que rigió los destinos de un mundo en que se las consideraba como inferiores, sumisas y obedientes.

Gracias a los avances sociales y jurídicos de los dos últimos siglos, se fueron cayendo uno por uno, todos los argumentos que calificaban a las mujeres como seres inmaduros y casi infantiles y hoy en día, podemos proclamar los derechos femeninos, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos.

Sin embargo, las creencias y conceptos de la gente no han ido a la par de las leyes y tratados, y todavía en pleno siglo XXI, continuamos aferrados al pensamiento primitivo de que ellas son inferiores a los hombres. 

La violencia hacia las mujeres nace del convencimiento que tienen muchos hombres de que ellas tienen que obedecerles: él es el patrón, el jefe y el amo, mientras que ella debe ser sumisa y única responsable de que su matrimonio se conserve.

Veamos algunas situaciones que las mujeres viven, de manera visible o imperceptible, en condiciones de dominio e inferioridad con respecto a los hombres, tales como:

§  Necesita permiso para visitar a sus familiares.

§  No puede cortarse el cabello o ponerse una falda corta porque su marido se lo prohíbe.

§  No puede estudiar o trabajar porque a él le disgusta la idea.

§  Tiene que darle explicaciones detalladas de sus salidas, sus amigos o las actividades que hace fuera de la casa.

§  El parejo le retiene el sueldo o la obliga a entregárselo, con la excusa de que ella no sabe manejar su propio dinero.

§  No tiene autoridad sobre sus hijos y el papá es el que da la última palabra sobre los permisos o decisiones importantes.


Mujer: Reflexiona si esto refleja tu vida y empieza a actuar como una persona adulta con derechos iguales a los demás. Recuerda que nadie es dueño ni de tu cuerpo, ni de tu mente y mucho menos de tu vida.

viernes, 23 de agosto de 2013

Día Nacional Contra la Homofobia - ¿Cómo vencerla?

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define homofobia como la aversión obsesiva hacia las personas homosexuales, traduciéndose en gestos, palabras o comportamientos de odio, discriminación, insultos y agresiones a los sexodiversos, es decir, los gays, las lesbianas, los bisexuales, los transexuales e intersexuales (LGBTI).

En palabras de Vladimir Seijas, activista de la Liga por los Derechos de los Sexodiversos de Venezuela, la homofobia tiene un punto de partida: la cultura machista, que se propaga a través del chiste facilón que descalifica mediante la burla. Agrega: “lamentablemente somos machistas patriarcales, y en esto sale perjudicado el niño o el sexodiverso que tiene modales diferentes y es objeto de burlas en su casa o en la escuela”.

Quizás en algún momento, todos hemos sido homofóbicos debido a la educación que recibimos y a la tradición cultural en la que estamos inmersos. En palabras cortas, la homofobia no es innata, la aprendemos desde que somos pequeños, tanto en la casa como en la escuela, en la calle con los amigos, en los medios de comunicación y en la iglesia, con la sociedad misma.

Así como la humanidad ha ido venciendo los prejuicios e inequidades contra los gitanos, los indígenas, los negros y las mujeres – aunque falta mucho todavía, vale la pena confesarlo – es deber de todos nosotros, aceptar que los sexodiversos tienen iguales derechos que los heterosexuales.

Los sexodiversos no son enfermos ni pervertidos. Son personas, seres humanos, que sienten, aman y sufren como el resto de la humanidad, y que necesitan llevar una vida digna y libre de críticas y amenazas por su orientación o identidad sexual.

 ¿Cómo vencer la homofobia?

1. Infórmate sobre el concepto de sexualidad ya que esta tiene diferentes matices y no sólo es en blanco y negro; los sexodiversos forman parte de ese arco iris de la sexualidad humana.

2. Debemos educar a niños y niñas, en las casas y las escuelas, acerca de la diferencia y el respeto por la misma. Yo no soy igual al otro y seremos tolerantes y respetuosos con los demás, no importa su condición sexual, racial, social o de género.
 
3. Cualquier familia puede tener una persona sexodiversa en secreto y que no sale del closet por miedo a las reacciones que puedan generarse. Piensa que eso puede estar pasando en la tuya y que tus comentarios de burla o rechazo pueden estar lastimándole.

Nuestras actitudes diarias ayudan a construir una sociedad más justa y equitativa; un aporte nuestro, por más pequeño que sea, a mejorar las condiciones de vida de los demás, será determinante en lograr esa sociedad que queremos. Recuerden: La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia .

miércoles, 21 de agosto de 2013

¿Amor de lejos ... Felices los cuatro?

¿Qué tan falsa o nociva es una relación amorosa a distancia? Según una investigación, publicada en la revista Journal of Communication, desarrollada por la Universidad de Hong Kong y la Universidad de Cornell, las parejas en la distancia se comunican más constantemente y de manera más profunda que aquellas que  viven en el mismo lugar.

Una de las personas encargadas del estudio, Crystal Jiang, afirmó que “estas parejas se esfuerzan más que las personas geográficamente cercanas a la hora de comunicar cariño y afecto, y eso tiene su recompensa”.

Cuando el estudio comparó dos grupos de parejas jóvenes y heterosexuales encontró que aquellos que estaban separados por la distancia, tenían una comunicación más profunda e intensa aunque interactuaban menos físicamente. Esto permite que se logren vínculos afectivos más íntimos.

Aunque muchas canciones aseguran que “la distancia es la causa del olvido”, el mundo globalizado en que vivimos, ha incrementado las relaciones en que los dos viven a kilómetros de distancia. Los medios tecnológicos como el chat, Twitter, facebook y el celular, facilitan que los amantes se puedan comunicar en todo momento y acortar la distancia.

Para que una pareja pueda mantenerse a flote en la lejanía, lo importante es la confianza y madurez con la que se maneje esta situación, que no por difícil va a ser imposible. Si uno de los dos necesita “estar pegado” todo el tiempo al otro o es desconfiado, la relación no tiene futuro.

Los amores de lejos pueden concentrarse en su trabajo o estudio cuando están separados y enfocarse en disfrutar de su compañía cuando están juntos, lo afirma Mary Pistole de la Universidad de Purdue, quien ha estudiado el tema y asegura, al igual que muchos sicólogos, que este modelo de pareja es perfectamente manejable y exitoso.

¿Has tenido una relación de pareja en la distancia? ¿Qué opinas del tema?

lunes, 5 de agosto de 2013

¿Las familias están desapareciendo?

Así como el ser humano es cambiante, la familia también sufre cambios que van generando nuevas estructuras familiares.
 
Una persona solita conforma una familia, a pesar de que nos enseñaron que la familia está compuesta por una pareja heterosexual, casada y con hijos. Como afirma Claudia Gómez, directora de investigaciones de Profamilia, en entrevista al diario El Tiempo, la familia colombiana viene mostrando que no hay necesidad de estar casados para tener sexualidad ni para tener hijos. “Por eso, agrega la experta,  todas las familias son válidas desde que sean un escenario de respeto y construcción de sujetos autónomos”.
 
La Encuesta Nacional de Demografía y Salud del 2010, realizada por Profamilia, encontró que el 32 por ciento de los niños vive sólo con la mamá, el 3 por ciento con el papá y el 7 por ciento no vive con ninguno de los dos padres. Además, esta misma encuesta revela que un 10 por ciento de los hogares colombianos son habitados por una sola persona.
 
El último informe sobre la composición familiar de 45 países, llamado Mapa Mundial de la Familia, realizado por Trends Hild, afirma que Colombia es el país con el mayor porcentaje de uniones libres: el 39 por ciento de las parejas entre 18 y 49 años de edad viven juntos sin haberse casado.
 
A su vez, la Superintendencia de Notariado y Registro estableció que durante los primeros cinco meses del 2013 disminuyó el porcentaje de matrimonios civiles en un 6,5 por ciento, comparado con los datos del mismo período del año pasado: 23.428 uniones civiles, 1.629 menos que en el 2012.
Con el derecho a casarse que recién están adquiriendo los homosexuales, viene apareciendo otro modelo familiar más que, tarde o temprano, tendremos que reconocer y que indudablemente, se agregará a la nueva composición familiar, no sólo en Colombia sino en el resto del mundo.
 
En lo que concierne a las relaciones de pareja en Colombia, la gente se está divorciando más que antes; en lo que va del año, las notarías han reportado 6.752 divorcios. Es decir, 12.000 personas le dijeron adiós a su media naranja.

¿Se está acabando la familia tradicional? ¿Aquella compuesta por papá, mamá e hijos? Si revisamos la evolución familiar a través de los siglos podremos afirmar sin miedo a equivocarnos que en verdad, esa familia de antaño está desapareciendo, o por lo menos cambiando.
Así como las sociedades se dinamizan – lo que fue ayer ya no es hoy – también la familia, como núcleo principal de las mismas, va cambiando su composición, su dinámica y su forma de interactuar con el mundo. Esas familias extensas que habitaban casonas y se reunían en las noches sólo a conversar, sin interferencias de televisor, computador o celulares, prácticamente han desaparecido.
 
Los apartamentos pequeños que se reducen a alojar incómodamente a no más de cuatro personas, las distancias que impiden visitar con frecuencia a los abuelos o tíos, las jornadas largas de trabajo o estudio que no permiten que papás e hijos se vean con frecuencia, la reducción del número de hijos y muchos otros elementos de la vida moderna, han contribuido a que las familias tengan actividades y miradas diferentes a las familias de tiempo atrás.

jueves, 1 de agosto de 2013

¿ Qué quieren ellos en la cama ?

Es común que los hombres se quejen porque sus parejas no quieren tener relaciones sexuales con la misma frecuencia que ellos. También es común que las  mujeres saquen cientos de excusas para no tener sexo.
 

Para tratar de llegar a acuerdos con ellos y evitar a toda costa que la vida sexual de una pareja se torne aburrida o fastidiosa vamos a enumerar algunas de las peticiones más frecuentes que los hombres les hacen a las mujeres:
 
Que no haya que rogarles y estén dispuestas al sexo:
 
Este es un reclamo masculino muy frecuente porque sus parejas se excusan con el típico dolor de cabeza, el cólico o la presencia de los niños, para evitar la intimidad. Pero también están aquellas mujeres que tienen problemas para sentir placer ya sea porque presentan alguna disfunción sexual o porque sus hombres son los que tienen problemitas sexuales; al no resolverlos ni afrontarlos, ellas van perdiendo el entusiasmo en la cama y empiezan entonces las evasivas o rechazos.
 
Que los seduzcan y los busquen con ansias:
 
Este reclamo es casi generalizado, especialmente, entre las parejas de mediana edad; quizás por la educación conservadora de las mujeres que sobrepasan los treinta años,  o las creencias morales que hablan de “la mujer correcta”, ellas se abstienen de proponer el encuentro sexual porque piensan que no está bien visto.
 
También encontramos aquellas damas que tienen deseo pero prefieren, por pereza o comodidad, que sean ellos los que empiecen la relación. Tanto esta como la anterior situación hace que los hombres se sientan poco deseados o amados, influyendo estos sentimientos en su estima y seguridad masculinas.
 
Que sean un poco locas en la cama:
 
Miren que ellos hablan de un poco locas nada más. A la mayoría de caballeros les asusta una mujer muy activa en la cama, sin saber a ciencia cierta qué significa ser muy activa.
 
Hay algunos tradicionales que no quieren que su pareja se mueva pero, por fortuna, son la excepción. La gran mayoría prefiere una mujer que proponga, que participe y que busque junto con él el placer de ambos.
 
Que ella acepte variaciones en las posiciones y estímulos sexuales:
 
El sexo anal, el sexo oral y algunas acrobacias sexuales asustan a muchas mujeres y se enojan cuando ellos lo proponen. Esto se explica en parte por la educación represiva y de doble moral que se les ha dado a las mujeres, atribuyéndole al sexo aspectos negativos y no de un real disfrute.
 
Escuchar al otro e innovar no cuesta nada sobre todo cuando se trata de probar algo desconocido o salir de la rutina; lo importante para ambos es que se dejen llevar por el placer sin miedos o recatos que impiden un goce pleno en la sexualidad de ambos.