miércoles, 25 de septiembre de 2013

Adolescentes con Hijos

Colombia ocupa el alarmante segundo puesto en Latinoamérica, después de Venezuela, de embarazos adolescentes, con un 19,5%, siguiéndole Argentina, Chile y Perú.

Una de cada cinco adolescentes, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS), realizada en 2010 por Profamilia, estaba embarazada o ya habían sido madres. La mitad de estas menores dijo que habían pensado tener un hijo pero más adelante.

El número de niñas que se embarazan en edad temprana crece en el mundo, mucho más en los países pobres en los cuales no hay acceso a la planificación ni a la educación. Por ser un tema complejo, las autoridades mundiales no se ponen de acuerdo en la mejor manera de prevenirlo, ya que se entrecruzan factores como la pobreza, la inequidad de género, el abuso sexual, la disfunción de las familias y la dificultad de los menores de adquirir y usar los métodos anticonceptivos.

El consenso de los médicos es que el cuerpo de las niñas no está preparado para gestar un bebé. De hecho, las mayores complicaciones gestacionales reportadas por los obstetras son la preclampsia, parto pretérmino, ruptura prematura de membranas, bajo peso al nacer, complicaciones posparto y alta incidencia de cesáreas.


Una niña o adolescente embarazada tiene mayor probabilidad de abandonar sus estudios y entrar a la cadena de pobreza, ya que necesita trabajar para sostener a su bebé o queda dependiendo económicamente de la familia. Se sabe, además, que estas menores son sometidas a discriminación y humillaciones, especialmente, si no son apoyadas por sus parejas, que en la mayoría, también son menores de edad.


A finales de 2015, Colombia deberá tener una tasa igual o inferior al 15% de embarazos adolescentes. Desde el Estado, hasta los padres de familia, pasando por los educadores y las instituciones privadas, tenemos el deber de crear estrategias de comunicación y afecto, para que los menores se eduquen en valores, autonomía y toma de decisiones que contribuyan a una sexualidad plena, sin que estén obligados a cambiar sus juegos y sueños por un hijo. 

Otras preocupantes estadísticas sobre el embarazo adolescente son:

Una de cada cinco niñas en el mundo, habrá sido madre antes de los 18 años.

Si la madre es menor de edad, aumenta el riesgo de muerte para el recién nacido en un 60%.

En los países desarrollados, el riesgo de una mujer de morir por causas relacionadas con el embarazo y parto, es de 1 entre 3.800, comparado con 1 entre 150 en países en desarrollo.

Diez millones de niñas menores de 18 años se casan cada año, el equivalente a 25.000 por día.

Las complicaciones de un embarazo son la primera causa de muerte mundial entre niñas y adolescentes del rango de 15 a 19 años.

 *Informe Save the Children, 2012.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

El baile de los jóvenes: ¿sensual o morboso?

¿Quién no ha bailado alguna vez en su vida? Ya sea cuando niño, o en plena adolescencia cuando uno practicaba a escondidas con una escoba, o en una fiesta, creo que todos hemos danzado al ritmo de la música.

El baile es una de las manifestaciones corporales más antiguas de los humanos y existe en todas las culturas del mundo. Cada vez se va popularizando más gracias a la globalización y las tecnologías y esto ha permitido que uno conozca cómo se divierten bailando las personas de los países más remotos del planeta.

Hace pocos días, el mundo de la farándula se estremeció con la presentación de la cantante Miley Cyrus en la premiación de los videos musicales de MTV, con una coreografía sensual para algunos y grotesca para otros, en la que meneaba sin parar sus caderas frente al artista de moda, Robin Thicke, que cantaba con ella en el escenario.

El twerkin o perreo, baile protagonizado por Miley y otras divas como Rihanna o Beyoncé, nació en República Dominicana y Puerto Rico y se extendió a otros países latinos, incluyendo a Colombia. Este baile tiene su propio género musical llamado reggaetón y la manera sensual como se mueve el cuerpo es llamada “sandungueo” o “perreo”, de acuerdo al país donde lo bailan adolescentes y jóvenes existen otras formas de llamarlo, especialmente en los estratos populares.

Es justo decir que los adultos de hoy bailaban en sus años mozos al ritmo de la lambada ante los ojos amenazantes de los padres. Si estos bailes que incitan a los cuerpos juntitos y a los movimientos pélvicos, pasan de moda rápidamente, ¿será posible que pronto ya no veamos  los chicos y chicas bailar al ritmo del estribillo: “perrea, mami, perrea”?

Es posible que eso ocurra pero la humanidad busca, de una o de otra manera, exaltar su sensualidad y encontrarse con el cuerpo del otro, así sea en una pista de baile o en una calle de barrio. Seguramente nuevos bailes eróticos vendrán para escándalo de muchos y aceptación de otros. 

viernes, 13 de septiembre de 2013

Profamilia, una entidad de mentes abiertas, ideas innovadoras y lazos de confianza

En el año 1965, llegaba a Bogotá un médico ginecólogo a desarmar las rígidas estructuras de una sociedad que se ufanaba porque sus mujeres tenían todos los hijos que Dios les mandaba.

Fernando Tamayo Ogliastri, después de regresar al país cargando unos “churruscos” o dispositivos intrauterinos, cometió “la osadía” de fundar a Profamilia. 

La década de los 60´s fue una época en que la biología señalaba el destino de las colombianas que les aseguraba que su labor en la tierra era realizarse como esposas y madres, bajo la amenaza terrorífica de irse al infierno sino cumplían a cabalidad el papel que les había ordenado el poder divino.

Se inicia entonces una verdadera revolución en el campo de la sexualidad en Colombia: lograr que las mujeres empezaran a planificar ejerciendo, contra toda clase de oposiciones, el derecho a decidir el número de hijos y el momento para tenerlos. ¡Qué osadía la del Dr. Tamayo y sus colaboradores al enfrentarse con prejuicios y sanciones morales, sociales y religiosas!

Cuando Profamilia abrió sus puertas, ganaron las mujeres pero también sus familias y el país entero, aunque al comienzo muchas personas no lo vieron así. Gracias a la planificación familiar, el país redujo la tasa de fecundidad de 7 hijos en promedio, a 2.8 por familia, minimizando también los índices de pobreza. 

Hoy después de 48 años y sin temor a equivocarnos, podemos asegurar que todo colombiano o colombiana conoce a Profamilia y la reconoce como una entidad seria y amigable. Todos somos parte de esta familia que tiene 33 centros de atención localizados en las principales ciudades del país, se sorprenderán con toda el agua que ha corrido debajo de este puente.  

La atención que Profamilia les brinda a sus usuarios sobrepasa más allá de la calidez y esmero que les transmiten todos sus empleados. Esta entidad, que cumple 48 años, ha desarrollado una apertura lo suficientemente grande, como para que el país haya pasado de ser una sociedad cerrada en el campo de los derechos de las mujeres, los adolescentes, los desplazados, los diversos sexuales y otras poblaciones vulnerables, a convertirse en una nación que promueve y reconoce los derechos sexuales y reproductivos de todos y todas.

El trabajo incansable de estos 48 años ha pasado por Conquistas revolucionarias:  


  • Logran las primeras vasectomías y ligaduras de trompas en Colombia. 
  • Distribuir anticonceptivos a cientos de pueblos remotos. 
  • Afiliarse a la asociación más grande a nivel mundial que promueve y defiende los derechos sexuales y reproductivos, la IPPF o Federación Internacional de Planificación Familiar. 
  • Difundir sin temor en los medios de comunicación la necesidad de usar el condón. 
  • Traer al país la pastilla del día después. 
  • Ofrecer servicios especializados a los hombres y los/las adolescentes. 
  • Brindar programas de educación sexual virtual. 
  • Ayudar a muchas parejas a tener un hijo mediante sus programas de reproducción asistida, a través de la unidad de fertilidad. 
  • Tener servicios jurídicos especializados en familia.
  • Desarrollar y liderar investigaciones y encuestas como la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS). 
  • Abrir espacios de debate sobre la diversidad sexual y la equidad de género. 


El trabajo no para, Profamilia sigue logrando que nos sintamos orgullosos. Gracias Profamilia porque hace 48 años Colombia, Latinoamérica y el mundo, tiene una institución en la que confía sus derechos, su sexualidad, su salud sexual y su salud reproductiva. 

¡Feliz cumpleaños y larga vida a Profamilia!

miércoles, 4 de septiembre de 2013

La salud sexual va de la mano con los derechos sexuales


La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud”.


Es decir, existe una relación íntima entre la salud sexual y los derechos sexuales, los cuales no sólo deben ser reconocidos en el papel, sino también ejercidos en la práctica. Un ejemplo de esta situación se observa en el derecho de los homosexuales a no ser discriminados, y este derecho no debe convertirse en letra muerta sino convertirse en un ejercicio en la práctica del diario vivir; sólo así, la población LGBTI gozará de salud sexual.

¿Cuáles son los derechos sexuales?

Los derechos sexuales fueron establecidos en el marco del 13º Congreso Mundial de Sexología, en Valencia (España), y  aprobados en 1999 por la Asociación Mundial de Sexología (WAS), en Hong Kong (China). La importancia de los derechos sexuales es que son derechos humanos universales; por consiguiente, y dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico.

Los derechos sexuales son:


1.       El derecho a la libertad sexual


2.       El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexual

3.       El derecho a la privacidad sexual

4.       El derecho a la equidad

5.       El derecho al placer sexual

6.       El derecho a la expresión sexual emocional

7.       El derecho a la libre asociación sexual

8.       El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables

9.       El derecho a información basada en el conocimiento científico

10.   El derecho a la educación sexual integral

11.   El derecho a la atención de la salud sexual

Recuerda: Los derechos sexuales son derechos humanos universales y su reconocimiento implica el derecho a gozar de una plena salud sexual.

Si quieres profundizar en el tema te invito a visitar:

http://www.diamundialsaludsexual.org/ y http://www.profamilia.org.co/