Amnistía Internacional presentó un vergonzoso informe que reporta la violación sistemática de los derechos sexuales y reproductivos en el mundo. Catorce millones de adolescentes dan a luz cada año, resultado en la mayoría de los casos, de relaciones forzosas y embarazos no deseados.
En Colombia, el 19.5% de las jóvenes, han sido mamás o están embarazadas, según cifras de Profamilia. Lo más lamentable, es que muchas de ellas utilizan el embarazo como “una forma de seguro porque a la mujer embarazada no la violan… la golpean menos… la respetan más”, así lo afirma el gerente de investigaciones de esta entidad, Juan Carlos Vargas.
El desconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos se suma al problema de la violación de los mismos. Los niños, niñas y adolescentes están expuestos a que se les desconozca como seres autónomos, con capacidad de tomar decisiones y de disfrutar su sexualidad.
Para recordar algunos de estos derechos, que son los mismos derechos humanos enmarcados en la sexualidad, propongo este ejercicio:
Que tal que… dejaramos que los niños y niñas exploren su cuerpo, se revuelquen en la arena y jueguen con el agua, sin miedo a ser sancionados, maltratados ni avergonzados.
Que tal que… reconocieramos que los hijos son prestados por un tiempo y que nuestra obligación es cuidarlos, atenderlos, amarlos y prepararlos para su partida cuando hayan crecido.
Que tal que… aceptaramos que el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas los lleva a la adolescencia, una etapa en la que normalmente se enamoran, tienen amigos y expresan sus deseos y sentimientos, sin el temor de ser reprimidos o violentados por unos adultos que los ven como unos niños eternos.
Que tal que…los adolescentes puedan ser educados sexualmente, sin tabúes ni misterios, para que tengan la posibilidad de tomar decisiones libres y responsables, acerca de su cuerpo y de su vida sexual.
Que tal que… las niñas y adolescentes puedan vivir libres de violencia de todo tipo y puedan disfrutar de sus hogares, lejos de abusadores, escondidos detrás de un papá, abuelo, tío o novio.
Que tal que… todos revisaramos cuáles son los derechos sexuales y reproductivos, para concientizarnos de la responsabilidad que tenemos de ejercerlos y hacerlos respetar en la casa, en el trabajo o escuela, o en la calle.