viernes, 28 de marzo de 2014

Reconocimiento de los Derechos Sexuales y Reproductivos

Amnistía Internacional presentó un vergonzoso informe que reporta la violación sistemática de los derechos sexuales y reproductivos en el mundo. Catorce millones de adolescentes dan a luz cada año, resultado en la mayoría de los casos, de relaciones forzosas y embarazos no deseados.

En Colombia, el 19.5% de las jóvenes, han sido mamás o están embarazadas, según cifras de Profamilia. Lo más lamentable, es que muchas de ellas utilizan el embarazo como “una forma de seguro porque a la mujer embarazada no la violan… la golpean menos… la respetan más”, así lo afirma el gerente de investigaciones de esta entidad, Juan Carlos Vargas.

El desconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos se suma al problema de la violación de los mismos. Los niños, niñas y adolescentes están expuestos a que se les desconozca como seres autónomos, con capacidad de tomar decisiones y de disfrutar su sexualidad.

Para recordar algunos de estos derechos, que son los mismos derechos humanos enmarcados en la sexualidad, propongo este ejercicio:
 
Que tal que… dejaramos que los niños y niñas exploren su cuerpo, se revuelquen en la arena y jueguen con el agua, sin miedo a ser sancionados, maltratados ni avergonzados.

Que tal que… reconocieramos que los hijos son prestados por un tiempo y que nuestra obligación es cuidarlos, atenderlos, amarlos y prepararlos para su partida cuando hayan crecido.

Que tal que… aceptaramos que el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas los lleva a la adolescencia, una etapa en la que normalmente se enamoran, tienen amigos y expresan sus deseos y sentimientos, sin el temor de ser reprimidos o violentados por unos adultos que los ven como unos niños eternos.

Que tal que…los adolescentes puedan  ser educados sexualmente, sin tabúes ni misterios, para que tengan la posibilidad de tomar decisiones libres y responsables, acerca de su cuerpo y de su vida sexual.

Que tal que… las niñas y adolescentes puedan vivir libres de violencia de todo tipo y puedan disfrutar de sus hogares, lejos de abusadores, escondidos detrás de un papá, abuelo, tío o novio.

Que tal que… todos revisaramos cuáles son los derechos sexuales y reproductivos, para concientizarnos de la responsabilidad que tenemos de ejercerlos y hacerlos respetar en la casa, en el trabajo o escuela, o en la calle.

jueves, 20 de marzo de 2014

La sexualidad en la discapacidad

Cualquier restricción o impedimento para realizar una actividad en el margen que se considera normal para el ser humano, se considera como discapacidad. Este es el término adoptado por la Organización Mundial de la Salud, y anula términos que se usaban en el pasado como incapacitado, lisiado, retrasado y otros que eran denigrantes.

La discapacidad puede ser física, mental, sensorial o psíquica, de acuerdo a las funciones o capacidades  alteradas. Según cifras de la OMS, mil millones de personas sufren discapacidad en el mundo – el 10 por ciento de la población mundial – y una de cada cinco discapacitados, entre 110 y 190 millones de personas, debe enfrentarse a grandes dificultades en su diario vivir.

En los últimos años, la discapacidad se mira enmarcada en los derechos humanos, con el fin de eliminar la estigmatización y discriminación a la que son sometidas las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Dentro del nuevo enfoque con el que se trata a la discapacidad, está aquel que considera sexuados a los discapacitados, con deseos, necesidades y sentimientos, iguales al resto de los humanos.


¿Los discapacitados tienen una sexualidad como el resto de las personas?

El desarrollo sicosexual varía de una persona a otra y depende de la edad, de la madurez cognitiva y de las facultades mentales de cada uno. Sin embargo, todas las personas llegan a tener expresiones sexuales a un ritmo y formas particulares.

Un discapacitado mental puede que no entienda los cambios de su cuerpo cuando llega a la adolescencia, o no sabrá manejar su impulso sexual. De ahí que la educación sexual temprana les ayuda a apropiarse de su cuerpo, a relacionarse con los demás y elevar su autoestima.

Por supuesto, la sexualidad no es algo uniforme en los discapacitados; de acuerdo al grado de discapacidad así varía la forma como se puede educar a un niño o joven discapacitado.

Se puede comenzar con aspectos tan sencillos para el disfrute de la sexualidad como la higiene personal, el contacto corporal (cuándo, cómo y a quién tocar), la intimidad, el respeto por el cuerpo propio y el de los demás (prevención del abuso sexual), y el reconocimiento del placer en algunas zonas del cuerpo.

Lo importante es reconocer que los discapacitados tienen derecho al  disfrute de su sexualidad, “bien acompañado si le es posible, bien solo si no tiene con quien compartirla”. (Alex Confort, El placer del sexo). 

jueves, 13 de marzo de 2014

Se casaron, tuvieron hijos y… ¿fueron felices?


Dicen que las bromas y dichos populares reflejan los deseos y pensamientos de la gente. Si alguien revisa todas las cosas que se dicen sobre el matrimonio, por ejemplo, podrá encontrar la cantidad de frases que hablan acerca del deseo de las mujeres de casarse, “amarrar” al tipo o tener muchos hijos.

Pero, así como el mundo va cambiando, las expectativas de las personas también lo hacen. Las mujeres de ahora no perciben el matrimonio como las abuelas, quienes sentían su realización plena cuando salían de la iglesia, recién casadas y dispuestas a tener una familia grande.

Una de las conclusiones del estudio a profundidad que realizó Profamilia, junto al Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unpfa),  la Fundación Hernán Echavarría Olózaga y la Fundación Corona, con base en las Encuestas de Demografía y Salud realizadas entre 1990 y 2010, ratifica lo que muchas colombianas sienten acerca del matrimonio: las uniones libres se triplicaron entre 1964 y 2005, mientras que los índices de matrimonios se redujeron de un 30 por ciento en 1995 al 10 por ciento en el 2010.

Los sociólogos y sicólogos vienen revisando los cambios estructurales de las relaciones de pareja modernas y coinciden en que el matrimonio dejó de ser el  lugar ideal de desarrollo de la mujer, y la soltería ya no es vista como un estado civil indeseado y solitario. Ahora es más fácil entrar y salir de una relación de pareja y por ello muchas personas prefieren una relación sin etiquetas al estilo de “hasta que la muerte los separe”.

Esta concepción alejada de los cánones tradicionales se refleja en las estadísticas que revelan que los hogares  unipersonales se cuadruplicaron entre 1978 y 2008, al pasar del 3 al 11 por ciento. Se calcula que casi la mitad de niños (48 por ciento) se cría dentro de una unión libre, y el 28 por ciento en un matrimonio.
 
De igual forma, han aparecido diferentes tipos de familias. El 32 por ciento de niños viven solo con la mamá, el 3 por ciento solo con el papá y el 7 por ciento con ninguno de los dos. Estas nuevos tipos de familias son producto tanto de los nuevos estilos de parejas, como de la tendencia de muchas mujeres de tener  a sus hijos sin el apoyo del compañero.

Estos hallazgos muestran las nuevas maneras como las mujeres viven su sexualidad, con  valores y metas que no necesariamente van de la mano con el matrimonio. Algunos dicen que es egoísmo, otros dicen que es miedo al compromiso duradero, y hay quienes opinan que es un estilo de vida autónomo de nuestras mujeres. ¿Qué opina usted?

viernes, 7 de marzo de 2014

Día de la Mujer: ¿una fecha para endulzar la violencia?

Si vamos unos años al pasado sabremos que la lucha por el reconocimiento y el respeto a los derechos de las mujeres tiene ya una larga trayectoria. 


El 8 de marzo de 1910, Clara Zetkin, propuso en Copenhague (Dina
marca), en el marco de la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, que todos los años se celebrara un Día de la Mujer. Esta propuesta fue aprobada  recordando al centenar de obreras que, el 8 de marzo de 1908,  murieron calcinadas en un incendio en la fábrica textil en Nueva York, donde se habían encerrado para reclamar iguales derechos laborales que los hombres.

En 1952, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó que cada 8 de marzo, se conmemorara el Día Internacional de la Mujer. Desde entonces, esta fecha es un motivo para reconocer la lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres, que si bien ha logrado conquistas importantes, aún persisten graves problemáticas en razón a la condición de ser mujer.

Pero también tiene un largo recorrido la violencia y el abuso contra ellas. Por ejemplo, el embarazo forzado, las torturas y desapariciones, el maltrato intrafamiliar, los abortos en malas condiciones, la violencia sexual y muchos tipos de discriminación en todos los campos, son el pan de cada día en todos los países del mundo. No existe una nación en el planeta donde la mujer no sea sometida a abusos de todo tipo porque es considerada inferior al hombre o incluso, inferior a otras mujeres. 

Las mujeres trabajan más que los hombres pero ganan menos y siguen cargando con las tareas domésticas, la crianza de los hijos y el cuidado de los ancianos y enfermos. Muchas veces ni siquiera gozan de libertad sobre su propio cuerpo o sobre su vida; ejemplo de ello son los matrimonios obligatorios a temprana edad, la esclavitud sexual y la trata de mujeres.

No se puede desconocer las convenciones y leyes que han mejorado las condiciones sociales, económicas y jurídicas de las mujeres; pero estamos lejos todavía del pleno reconocimiento de sus derechos humanos, ya que los prejuicios sexistas de índole cultural o religiosa, siguen marcando la pauta en la cotidianidad de las mujeres.

El Día de la Mujer debería llamarse realmente el Día por los Derechos de la Mujer, para promover  la necesidad que tienen las sociedades de poner fin a la discriminación contra ellas. No es con serenatas, dulces o flores, como se acabará la inequidad. No es con buses rosados o burkas como los hombres aprenderán a respetar los cuerpos femeninos. Es con acciones concretas de educación, concientización y sanción, como toda una sociedad puede contribuir a celebrar un verdadero Día de la Mujer.

martes, 4 de marzo de 2014

Papá, ¿cuándo puedo tener una pareja?

Cuando los hijos preguntan a sus padres algo relacionado con la sexualidad, muchos se incomodan y no saben qué responder. No falta el padre que responda con regaños causando en los hijos una fuerte sensación de rechazo la cual se va a traducir en la pérdida de confianza.

Tener pareja, iniciar las relaciones sexuales, llevar amigos a la casa, regresar a determinada hora de la noche, por ejemplo, son situaciones que todos los adolescentes vivirán, y eso forma parte de su sexualidad. Negarlo, desconocerlo o reprimirlo, pueden causar rebeldías, peleas eternas y una tendencia a que los jóvenes oculten su conducta para evitar ser castigados.
 
Un buen balance entre las normas de los adultos y los deseos de libertad de los hijos e hijas, es la fórmula perfecta para que el hogar no se convierta en un infierno. No es fácil la tarea de educar a los hijos cuando apenas ellos están tratando de cortar el cordón umbilical con los adultos, pero si actuamos con inteligencia, prudencia y respeto, seguro lo podremos lograr.


RECETA PARA UNA SEXUALIDAD SANA DE LOS HIJOS

  • Mucha confianza: El niño o niña que tienen confianza en sus padres sabe que ellos siempre le responderán cualquier duda, sea del tema que sea. Al llegar a la adolescencia, sabrán que pueden contar con esos papás porque existe un lazo de confianza que se ha ido fortaleciendo con el tiempo.


  • Amor: la educación sexual sin afecto suena a discurso hueco. Un adolescente debe saber, por más grandecito que esté, que sus padres lo quieren y que por eso lo protegen. Los límites en una familia deben estar regidos por la buena voluntad de unos padres que desean lo mejor para su hijo o hija.


  •  Libertad en dosis crecientes: un hijo es como un ave que tienes que liberar porque ya la criaste desde que era frágil y no se cuidaba solita. Al abrir la jaula, no la vas a sacar bruscamente a volar porque antes tiene que probar sus primeros aleteos. Igual situación ocurre con los hijos cuando en la adolescencia empiezan a salir solos con personas que tú no conoces; poco a poco tendrás que irlo soltando hasta que empiece a volar solo sin tu protección permanente. Tendrás que confiar en él o ella.


  • Respeto en grandes cucharadas: Los hijos no son propiedad de los padres, más bien son prestados para que los adultos los preparen para que sean buenos individuos. Los adolescentes tienen una forma de hablar, de vestir, de bailar, y gustos diferentes a los que vio en su casa; esa búsqueda de identidad debemos respetarla sin criticarlos todo el tiempo ni burlarnos de ellos.


  • Megadosis de escucha: Si no escuchamos los intereses o argumentos de los jóvenes, vamos a radicalizarnos en nuestras propias creencias y a cerrarnos a nuevas propuestas de vida que tiene la juventud de hoy. Esa actitud de muchos padres que dicen: “lo que pienso es la única verdad”, cierra totalmente las puertas del diálogo y comprensión con los muchachos.