lunes, 26 de septiembre de 2011

Abuso, explotación y embarazos precoces es el panorama en la vida de niños/as, jóvenes y adolescentes.

El pasado 23 de septiembre se celebró en Colombia el Día Nacional de la no explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes, buscando concientizar a la población acerca del fenómeno de abuso sexual y explotación sexual comercial de los menores (ESC), considerados como crímenes y una franca violación de los Derechos de la Niñez.

De otra parte, el 26 del mismo mes se celebra en muchos países, incluyendo Colombia, el Día Mundial de la prevención del embarazo adolescente, una iniciativa internacional impulsada por organizaciones no gubernamentales comprometidas con la promoción de la salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes.

De acuerdo a los datos arrojados por la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de Profamilia - (ENDS 2010) - una de cada cinco mujeres entre 15 y 19 años (adolescentes) ha estado alguna vez embarazada y el porcentaje global de adolescentes alguna vez embarazadas es de 19.5 por ciento.

Se puede afirmar que la problemática sexual de los menores en todo el mundo se hace cada día más compleja por lo que forma parte de las agendas gubernamentales en la gran mayoría de países. Fenómenos como el inicio temprano de las relaciones sexuales, la pobreza y hacinamiento, los desplazamientos forzados y reclutamiento de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados, la desintegración de muchos hogares y el acceso de delincuentes a las redes sociales, entre otros, contribuyen a que la sexualidad de los menores sea objeto de abuso, explotación y desinformación .

Según los informes de UNICEF existen 100 millones de niños y niñas abandonados en todo el mundo, de los cuales 40 millones están en América Latina; cerca de un 65% de los niños que se encuentran en situación de calle se ven envueltos en la explotación sexual; de éstos, el 15% sobreviven de lo que obtienen por prostituirse y el 50% se ha visto involucrado en otras actividades de explotación sexual, como la trata y venta de niños, niñas y adolescentes, su utilización en material pornográfico o en espectáculos sexuales públicos o privados y el turismo sexual infantil.

Al parecer, en la medida en que un mayor número de menores se suman a la fuerza de trabajo de las regiones del mundo, va aumentando el número de niños y niñas que caen en las redes del tráfico y explotación sexual, equivalentes a la esclavitud moderna.

Hace algunos días se publicó la Encuesta Latinoamericana sobre Sexualidad en Jóvenes, realizada en 29 países con más de 6 mil hombres y mujeres entre 19 y 24 años. Según la investigación, en Colombia el 46% de las mujeres y el 37% de los hombres jóvenes de nuestro país, no utilizaron métodos anticonceptivos con una pareja nueva.

El 29% de los encuestados asegura haber recibido información imprecisa o falsa por parte de un maestro sobre las opciones de anticoncepción. El 31% de los jóvenes entrevistados afirmó no haber podido adquirir un método anticonceptivo cuando lo necesitaron, y al 17% le dio pena o miedo pedirle información a sus padres sobre sexualidad. El 40% de estos jóvenes recurre a internet para informarse sobre las formas de evitar un embarazo.

Por otra parte de acuerdo con las cifras que arrojó la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de Profamilia – ENDS 2010 – el 88 por ciento de las mujeres que hoy tienen entre 15 y 19 años de edad comenzaron el uso de la anticoncepción sin tener hijos o hijas.

Estos datos revelan preocupantes cifras de menores que viven una sexualidad distorsionada, displacentera y marcada por explotadores y abusadores que cortan de tajo la inocencia y el bienestar de muchos niños, niñas y adolescentes.

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