viernes, 16 de septiembre de 2011

¿Los matrimonios son un negocio?

Por: Nereyda Lacera
Médica Sexóloga-Profamilia
tusexologa@profamilia.org.co

Los estudiosos del amor se afanan en definir dicho sentimiento y revisar las maneras para prolongar los matrimonios, en vista del aumento de separaciones y divorcios que ocurren en todo el mundo.

Para la gran mayoría de personas el matrimonio es un cuento de hadas con final feliz. Para las periodistas de The New York Times y The Wall Street Journal, Jenny Anderson y Paula Schuzman, el matrimonio es un joint venture (especie de sociedad comercial con inversión a largo plazo de dos personas), con capacidad de crecer si se aplican los principios económicos adecuados.
Ellas cuentan además que los esposos deben ver el matrimonio como una empresa sin quitarle el lado romántico. Pero aclaran que “la relación de pareja es muy diferente al cuento de hadas y que en realidad hay que aplicarle ciertas leyes de la economía para que funcione: el romance no resuelve quién lava los platos”, agrega una de las periodistas.
Claves para tener relaciones cordiales en el matrimonio, según las periodistas:
• Se debe aplicar de la ley de la oferta y la demanda del sexo; afirman que “suponiendo que la demanda de sexo es algo fijo, animamos a los lectores a aumentar su oferta de sexo mediante la reducción de su costo”.
• Es recomendable quitarle tiempo a las labores del hogar y aumentar la oferta de sexo; incluso, aconsejan dejar a un lado los rodeos y los preliminares eróticos si la pareja se da cuenta que el deseo está a flor de piel y no hay mucho tiempo que perder.
• Hay que evitar las peleas o discutir menos. En el matrimonio, aseguran ellas se recomienda lo mismo que en una caída abrupta de la Bolsa de Valores: no precipitarse y esperar el momento adecuado. Por ej.: si la discusión es acalorada y ninguno de los dos da su brazo a torcer, lo mejor es dejar de pelear y esperar otro momento y espacio para retomar el tema.
Realmente, en mi opinión, esta es una de las tantas teorías que buscan afianzar la institución matrimonial, pérdida cada vez más en la modernidad, los desacuerdos, las luchas de poderes (quién manda más) y en expectativas y metas diferentes que separan a los que se aman.
Quiero resumir así lo que sucede actualmente con la vida de pareja: los tiempos han cambiado, hombres y mujeres también han cambiado; esta oleada de cambios afectan el vínculo amoroso y la vida exige que nos adecuemos a los nuevos tiempos, para lograr- ¿por qué no?,- nuevos matrimonios y novedosas maneras de amar.

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