Uno de los grandes orgullos femeninos son los senos. Ya sean estos pequeños o grandes, paraditos o caídos, en forma de pelota o de pera, sean como sean, los senos constituyen parte de la feminidad y el reconocimiento corporal de las mujeres desde que empiezan a crecer en la pubertad.
Los senos forman parte de la identidad de cada mujer y tienen una connotación estética y erótica desde los albores de la humanidad. Permiten alimentar al bebé enriqueciéndolo con nutrientes y defensas naturales contra las infecciones neonatales, elevan la autoestima de la mujer al reafirmar su feminidad y le permiten tener sensaciones de placer que, incluso en algunas, pueden conducirlas a orgasmos plenos.
Sin embargo, por ser los senos unos órganos del cuerpo, están tan expuestos a presentar enfermedades como cualquier otro órgano. El problema de salud mundial en estos últimos años es el cáncer de mama que afecta a millones de mujeres en el mundo, sin distingos de raza o posición socio-económica.
Mujeres famosas han tenido cáncer de mama y la mayoría de ellas lo han superado; entre ellas, la cantante australiana Kylie Minogue, la actriz puertorriqueña Adamaris López y la cantante-actriz australiana Olivia Newton-Jhon. Lastimosamente, la cantante colombiana Soraya, a los 37 años, fue sorprendida con la noticia de un cáncer que la llevó a la muerte.
El cáncer de mama afecta a una mujer cada treinta segundos en el planeta, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de las campañas que se difunden en los medios de comunicación, el 90% de las colombianas sabe qué es el autoexamen de senos pero menos de la mitad (39%) se lo practica cada mes como se recomienda (ENDS, 2012).
Muchas mujeres se confían y aplazan el autoexamen de mamas porque piensan que el cáncer de senos afecta a las mujeres mayores. Sin embargo, el 32% de los casos ocurren en menores de 50 años, tal como lo precisa el primer estudio nacional de cáncer de seno, dirigido por la Asociación Colombiana de Mastología y revelado hace pocos días en Bucaramanga.
Además de detectar a tiempo cualquier alteración en los senos, el autoexamen sirve para descubrir en fases tempranas un cáncer aún tratable. Con la crisis que vive el sistema de salud colombiano, muchas mujeres son diagnosticadas y tratadas tardíamente lo que aumenta la mortalidad del cáncer de mama. Según el estudio de cáncer de seno, las colombianas tienen que esperar entre seis meses (las afiliadas al régimen contributivo) y nueve meses (las afiliadas al régimen subsidiado), para obtener la primera intervención médica.
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