jueves, 1 de noviembre de 2012

La violencia Intrafamiliar muchas veces suele ser imperceptible

La violencia intrafamiliar se comprende menos que otro tipo de violencia ya que en la primera es alguien conocido que maltrata, hiere e incluso, mata a otra persona que dice amar. Es el esposo, el ex-marido, el novio o novia, el papá o mamá, el hermano mayor, el tío o abuela, es finalmente esa persona que llega a lastimar sicológica, física, sexual o económicamente sin importarle las secuelas que le dejará a su víctima.


Hoy vamos a destacar algunos elementos, a veces imperceptibles, que forman una especie de caldo de cultivo para el abuso y maltrato domésticos. Hoy los llamamos  ingredientes porque, poco a poco, van amasando el plato principal de la violencia que mata el alma y la vida de millones de personas.

Ingredientes para amasar la violencia en tu familia


• El adulto que acostumbra emborracharse o consumir drogas y que llega a casa a gritar y exigir que le atiendan porque es quien lleva la plata a su casa. Esta persona, por lo general el hombre, encuentra una madre o pareja sumisas que le temen y evitan a toda costa agravar la rabia y patanería del victimario.


• El novio que “acostumbró” a su pareja a no mirar ni saludar a sus amigos, a vestirse como sólo a él le gusta, a pedirle permiso para salir incluso a visitar a su familia y a abandonar su trabajo o estudios. Al comienzo él le insinuaba las restricciones pero, gradualmente, fue haciéndose más exigente y se encargaba de recordarle sus prohibiciones con mechoneadas de cabello, pellizcos sutiles o amenazas de dejarla.


• La familia donde las niñas son obligadas desde pequeñitas a atender a “los hombres de la casa”, incluyendo a los tíos y cuñados. Muchas de estas niñas y adolescentes tienen que dejar de ir a sus colegios porque deben cuidar a sus hermanitos o abuelos mientras los hombres van a estudiar o trabajar. Lastimosamente, las mamás siguen pegadas a estos estereotipos de género que impiden a sus hijas educarse y emanciparse.


• La falta de amor y diálogo en los hogares, que afecta especialmente a los menores. Niños, niñas y jóvenes que no son escuchados por sus padres, que permanecen solos o son abandonados y que se sienten amados por sus amigos o por extraños. Además, existe una cantidad inmensa de pequeños violentados sexualmente que se sienten desprotegidos por sus padres negligentes o cómplices ante un abuso que es casi visible.


• Las actitudes machistas en las familias, transmitidas en especial por las madres, que colocan a los hombres en el papel de “jefes de hogar” y con dominio sobre el resto de la familia. Algunos  conceptos religiosos o culturales perpetúan la creencia de que las mujeres tienen derecho a opinar pero la decisión final en sus casas le corresponde al hombre; este machismo facilita enormemente el abuso del poder y coarta la libertad y dignidad de los demás miembros de las familias.

Los invitamos a revisar si estos ingredientes amasadores de violencia están presentes en tu familia para que, a tiempo, se detenga un fenómeno triste y lesivo para la vida de las personas. !No más violencia en los hogares!.

Más información en www.profamilia.org.co o escribe al correo tusexologa@profamilia.org.co

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