Esta nota es hecha para ti, joven adolescente que aún no has cumplido los 14, 16 o 18 años, pero que sientes que tus emociones y tu cuerpo han abandonado la infancia y te han convertido en alguien diferente que aprende a ser adulto.
Seguramente has escuchado hablar de los embarazos adolescentes, o quizás has conocido a alguien en tu barrio o colegio que está esperando un bebé. Es posible que te sientas ajeno a esa situación porque aún no has tenido novio o novia, o porque ya tienes pareja pero se protegen para evitar “una embarrada”.
Sin embargo, es conveniente que sepas que a cualquiera le puede ocurrir eso, sea joven o adulto como ya lo son tus padres. La gran diferencia entre ellos y los jóvenes o niños como tú, es que existen momentos en la vida hechos para diferentes cosas. Por ejemplo, los niños deben jugar y estudiar mas no trabajar; o los adolescentes deben estudiar, divertirse con los amigos y prepararse para la vida, pero no están preparados para ser padres con todas las responsabilidades que eso trae.
A los padres adolescentes hay que apoyarlos y eso no tiene discusión. Pero, como más vale prevenir que lamentar una situación embarazosa – valga el término – como lo es tener bebés antes de lo programado, te invito a revisar estos consejos que seguro compartirás con tu pareja o tus amigos:
1. Entérate de los métodos de planificación que hay disponibles para chicos de tu edad. En Profamilia contamos con un centro para jóvenes en donde puedes recibir una asesoría especial gratis de parte de profesionales que no te van a juzgar ni a criticar. No te dé pena hablar del tema, lee en internet o atiende las charlas de educación sexual que brinden en tu colegio o universidad.
2. Todas las personas, desde que llegamos a la adolescencia, tienen la posibilidad de enamorarse y tú no eres la excepción. Es posible que en este momento solo pienses en jugar, salir con tus padres o escuchar música, pero llegará pronto ese bello momento de tu vida en que sentirás cosquillitas cuando veas o pienses en alguien. Reconocer esto no es pecado ni te hace mejor o peor que los otros jóvenes.
3. Trata de tenerle confianza a tus padres o a otros adultos para que te escuchen y resuelvan inquietudes. No creas que todo lo sabes en cuestiones de amor; tus amigos te apoyan “pa las que sea” pero puede que estén igual que tú de desinformados en aspectos importantes de la vida, y pueden llevarte a cometer errores. Conversa con tu mamá o papá o con el sicólogo, pero no te guardes las dudas.
4. Si ya estás ennoviado pero temes que tus papás se enteren y te castiguen, procura llevar con mesura esa relación. Lo ideal es que le cuentes a quien más le tienes confianza, pero procura mientras tanto, evitar situaciones de riesgo que pueden llevar a embarazos no deseados, como una cita en parques o sitios solitarios, o bajo efectos de los tragos. Cuidar tu cuerpo y tu salud son los primeros pasos para que tu sexualidad sea sana y feliz.
5. Empieza a planificar desde antes de iniciar una relación sexual. Recuerda que acariciarse y tocarse, aún sin penetración, pueden conducir a embarazos, de modo que habla con tu pareja para que se cuiden responsablemente; eres muy joven para cambiar los libros o los amigos por un bebé de carne y hueso. Trabaja por tu proyecto de vida y asume con seriedad tu sexualidad.
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