*Carmen es una chica de 23 años, desesperada porque no encuentra empleo desde hace un año y cansada de enviar hojas de vida. Espera una llamada de una agencia de modelaje que prometió enviarla a Europa a cambio de sus ahorros. Tiene toda la esperanza puesta en esto.
*El pequeño Kevin de tan solo 8 años tiene una ayuda económica del señor que conoció hace unos meses en la plaza de mercado. El hombre en cuestión le da unos pesos a cambio de algunas visitas que el niño le hace en su apartamento lujoso. Kevin no entiende por qué su amigo le toma fotos desnudo junto con otros niños mientras les hace “cosas” en sus cuerpos.
Estos dos ejemplos son tomados de historias reales de personas de todas las edades que son engañados y explotados con fines de esclavitud económica o sexual, aprovechando su vulnerabilidad o condición económica. Las víctimas son en su mayoría, niños, niñas, adolescentes y mujeres, aunque los hombres no están exentos de ser explotados.
La trata de personas, llamada anteriormente trata de blancas, es llamada “la esclavitud del siglo XXI”, puesto que involucra el traslado forzoso o mediante engaño de una o varias personas a lugares diferentes de su lugar de residencia, la privación total o parcial de su libertad y la explotación laboral o sexual, a cambio de poco o nada de dinero.
Este delito viene aumentando en todo el mundo y es aprovechado por bandas organizadas en las comunidades pobres o que viven migraciones importantes por los conflictos armados. Según cifras de la ONU, en 137 países se ha explotado a víctimas de por lo menos 127 estados, y en más de 20 países, especialmente de Europa, el Oriente Medio, Asia Central y África, se han encontrado víctimas provenientes de Asia Oriental.
En Europa, unas 140.000 mujeres son explotadas sexualmente, y una de cada siete trabajadoras sexuales ha sido esclavizada en la prostitución a costa de su libertad y dignidad. La Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNOCD) revela que una de cada cinco víctimas de la trata de personas son niños, y las mujeres equivalen a dos tercios de estas víctimas.
Colombia es uno de los países con el mayor número de mujeres y niñas que son trasladadas a América Latina, el Caribe, Norteamérica, Europa Occidental, Asia y Medio Oriente, con el fin de explotarlas sexualmente. El Informe publicado por la Oficina de Vigilancia y Lucha contra la Trata de Personas del Departamento de Estado de Estados Unidos (2010), describe al matrimonio forzado, la servidumbre doméstica involuntaria y la mendicidad como factores de riesgo en la trata de personas; mientras tanto muchos menores son obligados a trabajar en minas, canteras o a pedir limosna en las calles.
El turismo sexual infantil y el reclutamiento forzado por parte de grupos armados al margen de la ley también crecen de manera alarmante en todo el mundo a pesar de los tratados y convenciones y normas diseñados para frenar este aberrante tráfico humano.
*Nombres ficticios.
Fuentes: http://www.unodc.org/toc/es/crimes/human-trafficking.html
www.mininterior.gov.co/mision/direccion-de-gobierno-y-gestion-territorial/grupo-de-lucha-contra-la-trata-de-personas
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