Esta semana se desarrolla en Bogotá la llamada Semana Andina de la Prevención de Embarazos en Adolescentes, por los Ministerios de Educación, de Salud y de la Protección Social, el ICBF y otras entidades más, las actividades que se van a desarrollar durante estos días serán la antesala al Día Nacional de la Prevención del Embarazo Adolescente que se celebra este viernes 26 de septiembre.
No deja de ser preocupante que niñas de 11 años ya estén teniendo bebés como viene ocurriendo entre los wayúu del departamento de la Guajira. O que una de cada cinco niñas de 17 años ha estado embarazada alguna vez, y una de cada tres a los 19 años, según la encuesta ENDS 2010 de Profamilia.
Ver: http://www.profamilia.org.co/encuestas/Profamilia/Profamilia/
Cada día las ciudades colombianas o las zonas rurales ven crecer a muchas de sus adolescentes con niños en brazos a cambio de sus muñecos, o se conocen datos que revelan que un alto porcentaje de menores de 14 años que han estado embarazadas, sus parejos son hombres adultos. Esta situación no deja de encender las alarmas de una socied
ad que sigue considerando a las niñas como personas asexuadas, o que muchas de ellas son abusadas en sus propios hogares mientras que en otras familias no existe una mínima educación sexual .
Entidades privadas como Profamilia vienen ofreciendo desde hace varias décadas diversos programas dirigidos a los jóvenes para que aprendan a construir su sexualidad libre y responsablemente. Pero los papás y mamás siguen atascados entre callarse y “no tentarlos” con temas de sexo por un lado, o hablarles abiertamente sin tapujos.
¿Qué pueden hacer los padres de familia para prevenir embarazos adolescentes?
1. El diálogo, la confianza y una buena comunicación son las bases para que un hogar construya una sexualidad sana en todos sus miembros. Un niño o niña que saben que sus padres les ayudan a resolver sus inquietudes en temas “escabrosos” como los sexuales, serán adolescentes que seguirán confiando en esos adultos para entender los cambios propios de la vida.
2. La educación sexual enfocada en el No, en el castigo o la represión, han demostrado que obliga a los adolescentes a esconder o mentir en lo que concierne a sus amigos, sus relaciones amorosas y su vida en general. El miedo conduce a tener conductas de riesgo y un ejemplo real de ello es que las chicas esconden las píldoras anticonceptivas para que sus padres no sepan que tienen una vida sexual activa, y esto las hace olvidarse de tomarlas con regularidad facilitando un embarazo.
3. Un niño o adolescente necesita sentirse amado y atendido. Las ocupaciones diarias hacen que les dediquemos poco tiempo a los hijos o que deleguemos la función de padres a los abuelos o empleadas. Los padres “modernos” no sacan el ratico para conversar con sus hijos, escuchar su música o conocer a sus amigos. Muchas veces, ni siquiera saben que su hija tenía novio y solo se enteran cuando ella les cuenta que está esperando un bebé.
4. Si dedicamos tiempo a nuestros menores podremos entonces conocer sus tristezas y preocupaciones para poder apoyarlos a tiempo. Sé su amigo sin perder la autoridad que tienes como padre o madre. En la adolescencia, los chicos necesitan unos límites claros y reglas precisas para fortalecer su madurez, pero simultáneamente requieren amor, comprensión y más amor.
5. Los adolescentes son sujetos de derecho, es decir, que tienen todo el derecho a expresar su sexualidad mediante los amigos, las salidas en grupo y la vida en pareja. Encerrarlos, golpearlos o chantajearlos son conductas dañinas que atentan contra su libertad y autonomía. Habla, escucha, negocia con ellos y enséñales a tomar decisiones asertivas basado en el respeto y el cariño; estas son las mejores herramientas para evitar que un embarazo los conviertan en adultos a la fuerza.
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