Desde la década de los Ochenta, se habla del "síndrome post-aborto" que, dicen, sería parecido al trastorno de estrés postraumático de los veteranos de guerra. Por esto se ha hecho mucha investigación sobre los efectos de la interrupción del embarazo en la salud mental de las mujeres y aquí presentamos sus principales resultados.
Después de varios estudios no se encontró ningún indicio del "síndrome post-aborto" y, además, se concluyó que aunque algunas mujeres pueden experimentar sensaciones de pesar, tristeza o culpa tras un aborto, las respuestas son abrumadoramente de alivio y tranquilidad.
Otros investigadores hallaron que el predictor más importante del bienestar emocional de las mujeres después de un aborto era su bienestar emocional antes del aborto. Las mujeres con una alta autoestima antes de un aborto eran más propensas a tener alta autoestima después de un aborto.
A medida que la ciencia encontraba reiteradamente que no hay ninguna evidencia del síndrome post-aborto, la investigación empezó a enfocarse en los efectos psicológicos de negar un aborto.
La investigación reveló que la gran mayoría de las mujeres que sintieron pesar con su decisión de abortar consideran que fue la decisión correcta.
Otra conclusión interesante es que la mayoría de las mujeres adultas que interrumpen un embarazo no experimentan problemas de salud mental. Cuando ocurren, esos problemas no son causados por el aborto en sí, sino por otros factores.
Investigadores de la Universidad de California encontraron que negar un aborto tiene consecuencias económicas negativas: las mujeres a las que se les niega un aborto son tres veces más propensas a estar por debajo del nivel de pobreza que aquellas que pudieron interrumpir su embarazo.
Durante la presentación de los resultados los investigadores compartieron que “Una semana después de buscar un aborto, el 97% de las mujeres que lo obtuvieron sintió que era la decisión correcta; el 65% de las que no lo obtuvieron todavía deseaban haber podido hacerlo". También resulta que una semana después de que les negaran el aborto, las mujeres tenían más sentimientos de ansiedad frente a las mujeres que abortaron.
Una y otra vez, la ciencia ha encontrado que no existe el síndrome post-aborto y que negar un aborto tiene más consecuencias negativas sobre la salud emocional y mental de la mujer que permitirlo.
Referencias
• Adler NE, David HP, Major B, Roth SH, Russo NF y Wyatt GE (1990). “Psychological responses after abortion”. Science 248: 41-44. doi: 10.1126/science.2181664
• Adler NE, David HP, Major B, Roth SH, Russo NF y Wyatt GE (1992). “Psychological factors in abortion: a review”. American Psychologist, 47(10): 1194-1204 doi: 10.1037/0003-066X.47.10.1194
• Russo, NF y Zierk KL (1992). “Abortion, childbearing, and women's well-being”. Professional Psychology: Research and Practice, 23(4), 269-280. doi: 10.1037/0735-7028.23.4.269
• Major B, Appelbaum M, Beckman L, Dutton MA, Russo NF y West C. (2009) “Abortion and mental health: Evaluating the evidence”. American Psychologist 64(9). doi: 10.1037/a0017497
• Rocca CH, Kimport K, Gould H y Foster DG. (2013) “Women's emotions one week after receiving or being denied an abortion in the United States”. Perspectives on Sexual and Reproductive Health 45(3):122-31. doi: 10.1363/4512213
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