Pensar en que 245 mujeres son violentadas a diario en Colombia produce escalofríos; más aún, cuando la impunidad contra los victimarios es cercana al 90 por ciento, es decir, casi ninguno que golpea, viola o mata a una mujer es castigado por los jueces del país.
Profamilia abandera desde hace varios años el programa de atención integral AVISE, que brinda atención a las personas que han sufrido violencia sexual www.profamilia.org.co/avise Respaldamos de igual manera todas las campañas similares, como la que lidera la periodista colombiana Jineth Bedoya, quien fue víctima hace trece años de abuso y tortura mientras cumplía su trabajo periodístico. “No es hora de callar”, ha sido apoyada por la ONU y diversas entidades, incluyendo a la Dimayor, rectora del fútbol colombiano, que por primera vez se une a este tipo de actividades en pro de los derechos de las mujeres.
Precisamente y hablando de fútbol, una de las formas disimuladas de violencia de género es la conocida frase masculina: “parece una nena”, cuando un jugador de balompié no juega como se espera. Patear, llorar o hablar “como una nena” representan el imaginario colectivo de que todo lo que sea femenino es inferior, débil u objeto de burla, y por eso “un macho” no tiene por qué manifestar esa presunta debilidad o falencia.
Algunas otras frases o actitudes cotidianas que simbolizan o inducen violencia hacia las mujeres son:
§ “Calladita es mejor y así se ve más bonita”: frase típica de muchas abuelas que buscan educar a las “buenas niñas” en el arte de callar sin derecho a protestar, discutir o replicar, así la estén maltratando.
§ “Una buena mujer pertenece a su casa”: esta afirmación denota la creencia de que las mujeres deben estar relegadas al espacio doméstico, haciendo oficios y atendiendo al marido, mientras que los hombres tienen que salir a la calle y mostrarse libres en todo el amplio y abusivo sentido de la palabra.
§ “Arréglate sólo para mí”, le dice el hombre a su pareja: esta es una frase machista que pretende cosificar a la mujer para deleite y uso de su pareja. Si bien una mujer busca mostrarse bonita y agradable para su compañero, no debe ser el único objetivo en su vida: en primer lugar, es ella quien debe sentirse hermosa ante el espejo, y después para su pareja y todas las demás personas de su entorno.
§ “Cuando una mujer dice no es que realmente es sí”: con esta creencia se desconoce totalmente la autonomía y decisión de una mujer que realmente le dice no a algo que no desea o no quiere hacer. Muchas violaciones han ocurrido cuando un hombre no atiende la negativa de la mujer ante sus insinuaciones o provocaciones sexuales.
§ “Pórtate bien para que no te maltraten”: es decir, la mujer es quien tiene la culpa del maltrato a la que es sometida por su padre, hermano o esposo. Con esta frase se perpetúa la creencia de que es ella la provocadora de la violencia a la que es sometida.
Reflexionemos acerca de nuestras actitudes, creencias y prejuicios hacia las mujeres que, a veces sin darnos cuenta, las replicamos en nuestras familias y así alimentamos sin querer la violencia de género.
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