lunes, 20 de mayo de 2013

¿La adolescencia es una porquería?


En dos películas recientes, protagonizadas por adolescentes, he escuchado la frase: “la adolescencia es una porquería”, haciendo referencia a lo difícil y traumática que resulta para millones de chicos y chicas esta etapa de la vida.

 ¿En verdad es tan dura la adolescencia?

Si refrescamos los cambios que suceden en la adolescencia, de tipo físico, sicológico, social, religioso y otros más, podríamos darles la razón a los que afirman que esta transición de la niñez a la adultez coge por sorpresa a los “niños grandes” que,  son niños por cuenta de los papás, o son grandes por cuenta de los propios adolescentes. Es decir, esta etapa del desarrollo humano se convierte en un “tira y afloje” entre los adultos y los jovencitos que se sienten incomprendidos o rechazados por los primeros.

Los recientes casos de violencia en las principales ciudades del país, protagonizados por niños y adolescentes, han puesto el dedo en la llaga de una sociedad que se olvida de sus muchachos y muchachas. Homicidios, hurtos, extorsiones y otros delitos se suman a la creciente cantidad de embarazos tempranos, maltrato intrafamiliar, violencia sexual, reclutamiento forzado de menores y deserción escolar.

Un chico o chica desocupado, que no está estudiando, en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, excluido, abandonado o carente de amor en su casa, es un candidato seguro a delinquir  o a ser engañado o explotado.

La prevención desde la primera infancia es uno de los pilares de una adolescencia sana. Si las condiciones en que viven y crecen los adolescentes son sanas, podremos soñar en un futuro mejor para nuestros chicos y chicas; de lo contrario y si no hacemos algo desde ya, tendremos que aceptar tristemente que la adolescencia “es una porquería”.

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