jueves, 1 de agosto de 2013

¿ Qué quieren ellos en la cama ?

Es común que los hombres se quejen porque sus parejas no quieren tener relaciones sexuales con la misma frecuencia que ellos. También es común que las  mujeres saquen cientos de excusas para no tener sexo.
 

Para tratar de llegar a acuerdos con ellos y evitar a toda costa que la vida sexual de una pareja se torne aburrida o fastidiosa vamos a enumerar algunas de las peticiones más frecuentes que los hombres les hacen a las mujeres:
 
Que no haya que rogarles y estén dispuestas al sexo:
 
Este es un reclamo masculino muy frecuente porque sus parejas se excusan con el típico dolor de cabeza, el cólico o la presencia de los niños, para evitar la intimidad. Pero también están aquellas mujeres que tienen problemas para sentir placer ya sea porque presentan alguna disfunción sexual o porque sus hombres son los que tienen problemitas sexuales; al no resolverlos ni afrontarlos, ellas van perdiendo el entusiasmo en la cama y empiezan entonces las evasivas o rechazos.
 
Que los seduzcan y los busquen con ansias:
 
Este reclamo es casi generalizado, especialmente, entre las parejas de mediana edad; quizás por la educación conservadora de las mujeres que sobrepasan los treinta años,  o las creencias morales que hablan de “la mujer correcta”, ellas se abstienen de proponer el encuentro sexual porque piensan que no está bien visto.
 
También encontramos aquellas damas que tienen deseo pero prefieren, por pereza o comodidad, que sean ellos los que empiecen la relación. Tanto esta como la anterior situación hace que los hombres se sientan poco deseados o amados, influyendo estos sentimientos en su estima y seguridad masculinas.
 
Que sean un poco locas en la cama:
 
Miren que ellos hablan de un poco locas nada más. A la mayoría de caballeros les asusta una mujer muy activa en la cama, sin saber a ciencia cierta qué significa ser muy activa.
 
Hay algunos tradicionales que no quieren que su pareja se mueva pero, por fortuna, son la excepción. La gran mayoría prefiere una mujer que proponga, que participe y que busque junto con él el placer de ambos.
 
Que ella acepte variaciones en las posiciones y estímulos sexuales:
 
El sexo anal, el sexo oral y algunas acrobacias sexuales asustan a muchas mujeres y se enojan cuando ellos lo proponen. Esto se explica en parte por la educación represiva y de doble moral que se les ha dado a las mujeres, atribuyéndole al sexo aspectos negativos y no de un real disfrute.
 
Escuchar al otro e innovar no cuesta nada sobre todo cuando se trata de probar algo desconocido o salir de la rutina; lo importante para ambos es que se dejen llevar por el placer sin miedos o recatos que impiden un goce pleno en la sexualidad de ambos.

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