lunes, 17 de febrero de 2014

El acoso sexual es una forma de violencia sexual

El común de la gente piensa que la violencia contra las mujeres ocurre solamente en los estratos más pobres de los países, al igual que se cree que los hombres que abusan sexualmente de las niñas y adolescentes, tienen niveles bajos de educación y viven en las barriadas de las ciudades.

Tamaña desilusión surge en más de uno cuando se entera de que las mujeres son violentadas en los hogares más pudientes y educados, al igual que en aquellos sitios marginados del mundo entero.

Las mujeres son afectadas por todo tipo de violencia, comenzando por los abortos selectivos en países en que se privilegia el nacimiento de los varones, pasando por las mutilaciones genitales, y llegando al horror de los abusos diarios al que son sometidas millones de niñas, adolescentes y mujeres.

Uno de esos tipos de violencia es el acoso sexual en los espacios públicos; sea en el transporte, en las filas para entrar a un concierto, o en la oficina, existe una violencia casi imperceptible ante los ojos de los demás, que no por eso deja de ser violencia hacia el cuerpo femenino.

Las mujeres deben reconocer las formas en que son violentadas; muchas no denuncian porque creen que no vale la pena hacer escándalo porque las tocan o porque un hombre les muestre sus órganos genitales mientras se masturba en público. 

Algunas conductas de acoso son:


  •   Tocar, manosear, dar palmadas o pellizcos.
  •  Mirar lascivamente, emitir “piropos”, chistes o burlas de índole sexual.
  •  Enviar dibujos o fotos de naturaleza sexual o insultante.
  •  Decir mentiras o divulgar rumores sobre su vida social o sexual.
  •  Presionar en el trabajo o estudio por favores sexuales.
  •  Exhibir los genitales mientras se masturba o no.


Si bien los actos de seducción de los hombres hacia las mujeres han sido parte de nuestra cultura, algunos comportamientos rayan en el acoso sexual, porque van acompañados de palabras o actitudes sexistas y degradantes. No se trata de calificar un gesto de galantería como un acoso sexual, pero es necesario que hombres y mujeres reconozcan que cada mujer tiene el derecho a ser respetada en la condición que sea y sólo ella es quien debe decidir quién, cuándo y cómo la toca.

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