Lo más fácil que encontramos los adultos para hacer sonreír a un niño es regalarle un dulce o un juguete. Si es más grande, lo invitamos a comer, ir al parque o al cine. ¡Y santo remedio! Ya hemos cumplido con celebrarle una fecha especial.
Parece, sin embargo, que dar un regalo le produce más satisfacción al que da que al que recibe. Los adultos son más felices cuando se gastan el dinero en otras personas que para sí mismos, al menos eso revelan varios estudios como el de Elisabeth W. Dunn y su equipo de investigadores, publicado en la revista Plos One (2010).
En estos tiempos en que los pequeños pasan mucho tiempo solos mientras sus padres trabajan, adquiere mayor importancia darles un obsequio inmaterial, permanente y que les servirá para toda la vida. Un carrito o muñeca los hace felices, seguro que sí, pero pronto les aburrirá y desearán otro juguete.
Mientras tanto, el cariño y amor incondicionales que los adultos les brinden, fortalecerá su autoestima y contribuirá a que tengan un sano desarrollo físico y emocional.
¿Qué regalos inmateriales podemos darles a los niños y niñas?
1. El altruismo y generosidad se cultivan desde la infancia. Es propio de los niños ser egoístas con sus juguetes, pero si les enseñamos a compartir y damos ejemplo de ello, pronto van a aprender a hacerlo de la misma manera.
2. El amor desde el vientre materno es básico para que una persona crezca sana mentalmente. Tocar la barriguita de la mamá embarazada, apoyarla en su gestación y acompañarla a las citas médicas, afianzan las raíces de un nacimiento sin complicaciones.
3. Si no es posible quedarse todo el tiempo con los niños por razones laborales o de estudio, es conveniente hacerles una llamada para estar pendiente de ellos. Este gesto les hará saber que sus padres los aman.
4. Muchos padres se divorcian por diferentes razones. Hay que hablarles a los hijos sin culpar a ninguno de los padres y darles la seguridad de que nunca van a quedar sin papás. Un buen acuerdo de separación tiene que incluir las visitas compartidas a los niños.
5. No atender a tiempo a un pequeño que requiere cambio de pañales, el baño diario o la comida a tiempo, son formas de maltrato infantil. Un padre que le dé mayor importancia a las fiestas, los amigos o su trabajo, le está diciendo a su hijo que no le importa nada. Suplir las ausencias o desatenciones con regalos o dinero, es una mentira que solo se la cree el adulto.
6. Los juegos son esenciales para que los niños crezcan sanos. Un adulto que se molesta porque hay ruido y risas infantiles en su casa, revela un temperamento disfuncional o una infancia triste. El mejor regalo a los hijos es jugar con ellos o, por lo menos, permitir que lo hagan, sin quejarse o mandarlos a callar todo el tiempo.
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