martes, 12 de agosto de 2014

¡Ojo! reconoce otras formas de Violencia

Cuando se celebraba hace poco el Día Mundial del Orgasmo Femenino,  se hacía público un documental que relata las confesiones desgarradoras de varias niñas que fueron obligadas a casarse en países africanos. Aterradora la cifra de 60 millones de pequeñitas entre 7 y 17 años que son golpeadas, violadas y mutiladas, por resistirse al casamiento con hombres mayores que pueden ser sus abuelos.

El contraste de la vida de las mujeres en todo el mundo lo podemos palpar en las frías estadísticas. Pero también lo observamos, a veces con indiferencia, en las noticias que escuchamos o  en el diario vivir. A veces es evidente el rechazo que genera en todos cuando conocemos un caso de violación, pero otras situaciones de atropello a la mujer son invisibles y casi imperceptibles y entonces las damos por normales.

Mientras una mujer se enfada con otra, porque la empujó al entrar al bus atestado de gente y le grita: “ojalá te violaran, perra”, millones de compañeras de género están siendo violadas por familiares o desconocidos. O revisemos esta otra situación: en el momento en que una mamá le prohíbe a su hija adolescente tener novio y la castiga por eso, millones de menores están sufriendo horrores como torturas, mutilaciones genitales o esclavitud sexual, por el solo hecho de ser mujeres.

¿Será que las mujeres siguen desconociendo sus derechos? ¿Acaso los conceptos de hace siglos que relegaban a la mujer al papel de madre y esposa sumisa, siguen metidos en las mentes de las mujeres de este siglo, al punto de que se lo siguen creyendo? Difícil de creer pero parece que es así.

Cuando una mujer conoce un caso de maltrato femenino, no sorprende que ella afirme con contundencia: “seguro algo hizo que lo provocó”. O es posible que se escuche esta frase digna de nuestras abuelas pero inaceptable para nuestra época: “el hombre tiene derecho a varias mujeres porque es hombre”. ¡Por Dios! ¿Es que los derechos se hicieron solo para ellos? ¿Y ellas qué?

Si algunas mujeres que se preparan en las facultades de Derecho y se convierten en jueces o magistradas, no conciben el derecho a abortar o no atienden con diligencia a una mujer golpeada, ¿qué podemos esperar de aquella multitud femenina que no ha entrado a un claustro educativo y nunca ha oído hablar de derechos humanos? Médicas, ingenieras, periodistas, obreras, profesoras o amas de casa, continuan atropellando los propios derechos que tienen las mujeres como personas.

Reflexionar sobre la situación de las mujeres es el primer paso para hacer conciencia de que ellas son las primeras que tienen que romper con viejas y falsas ideas que han hecho creer que las mujeres son inferiores, vulnerables y obedientes. Atreverse al cambio es el desafío que hay que asumir todos los días.

* Si quieres ver el video enlaza con: http://www.abc.es/internacional/20140529/abci-ninas-obligadas-casarse-201405291658.html

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