miércoles, 20 de agosto de 2014

Las mujeres: ¿culpables de todo?

La violencia contra las mujeres tiene una característica curiosa: tiende a rebotar la culpa contra ella, ya sea por su comportamiento, vestimenta, porque “provoca” al victimario o, por muchos otros motivos inventados por la sociedad patriarcal y refrendado por las mismas autoridades legislativas y judiciales.

La re-victimización sucede en todos los países sin excepción; en España, se acaba de levantar una polvareda social por el documento que publica el Ministerio del Interior, que brinda algunos consejos a las mujeres para evitar la violación.
Joyas como esta que dice: “Por las noches, evite las paradas solitarias de autobuses. Si el autobús no está muy concurrido, procure sentarse cerca del conductor”;  o esta otra: “No pasee por descampados ni calles solitarias, sobre todo de noche, ni sola ni acompañada”, han indignado especialmente a las mujeres y  saturado las redes sociales criticando al gobierno español.

La nota final del comunicado sugiere a las españolas que “si no puede escapar, procure entablar conversación con el presunto violador con el objeto de disuadirle y ganar tiempo”. Es decir, atemorizamos a las mujeres, les echamos la culpa de las violaciones y nos sacudimos la responsabilidad con las víctimas.

El informe reciente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llamado “Acceso a la Justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas”, revela una situación preocupante en nuestro continente. Jueces, fiscales, policías y otros funcionarios estatales maltratan a las mujeres violentadas porque también están influenciados por los patrones socioculturales de discriminación que prevalecen en nuestra sociedad.

Los prejuicios e ideas erróneas que legitiman y justifican la violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres, viene desde hace siglos cuando se consideraba que las mujeres eran seres inferiores y sin ninguna clase de derechos. Han avanzado los tiempos, y a pesar de que las mujeres ya son reconocidas como personas sujetas de derechos, aún prevalecen las ideas y actitudes de desprecio total hacia la mitad de la especie humana.

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