lunes, 18 de febrero de 2013

La sexualidad de los que tienen cáncer


Este es el mes en que el mundo entero se dedica a promover cientos de campañas contra el cáncer y Profamilia no se queda atrás. El interés se centra en concientizar a la gente de que el cáncer no es un “mal” como se le ha conocido durante mucho tiempo y que, por lo tanto, no se tiene por qué ocultar un diagnóstico que, si bien es cierto trae incertidumbres, duelo y pensamientos ligados a la muerte, no tiene por qué ser necesariamente así.


Pocos tratados científicos hablan sobre la sexualidad de las personas que tienen cáncer. Los que trabajamos la Sexología nos preocupamos sobre la manera como los pacientes oncológicos manejan su autoestima o sus relaciones de pareja, para citar sólo dos situaciones que se alteran cuando se enfrentan a la noticia de su enfermedad y a todo lo que viene después.


Se conoce que un individuo que tiene cualquier tipo de cáncer siente que se resquebraja su valía y confianza. Surge en ellos la pregunta: “¿por qué me ocurre a mi?” y con ese choque emocional se desencadenan sentimientos de tristeza, pesimismo, rabia y miedo.


Los procedimientos de cirugía, radioterapia y quimioterapia van a producir diferentes grados de incapacidad física, breve o prolongada, que pueden ir quitando el deseo sexual y causar disfunciones sexuales tanto en hombres como en mujeres. Sumado a ello, los cambios corporales resultantes de los tratamientos oncológicos, tan “simples” como la caída del cabello o tan radicales como una mastectomía o la amputación de un miembro, dejan a la autoestima y autoimagen del enfermo estrelladas contra el piso.


Si se tiene pareja y dependiendo del apoyo brindado al paciente con cáncer, pueden surgir peleas o rechazos por la rabia contenida, sensación de abandono o la vergüenza de mostrar un cuerpo cambiante. Es importante por esto ofrecer consejería tanto a la pareja como al resto de la familia para que le brinden toda la ayuda necesaria al enfermo sin estigmatizarlo ni tratarlo con compasión o lástima. Recordemos que toda persona que tiene cáncer tiene todo el derecho de luchar por sanarse.


Dependiendo de la localización del cáncer y sus efectos neurológicos o vasculares, aparece en el hombre la disfunción eréctil o imposibilidad de iniciar o mantener una erección; vale la pena recordar que un gran número de hombres se recuperan sexualmente después de terminar el tratamiento oncológico lo que corrobora el efecto sicológico que influye poderosamente en su desempeño sexual.


Otros pacientes pueden reportar disminución en la intensidad del orgasmo al eyacular o ausencia de eyaculación, llamado “orgasmo seco”, especialmente cuando ha habido irradiaciones en la zona pélvica.


Las mujeres afectadas con cáncer localizado en la pelvis se pueden quejar de falta de lubricación, dolor durante la penetración y estrechez vaginal. Igualmente, cuando aparece la menopausia prematura como resultado de los tratamientos que se le practican, consultan por sequedad en la vagina y bajo deseo; pocas de ellas ven alterada su capacidad orgásmica.


El deseo sexual puede alterarse en hombres y mujeres por el cansancio, la debilidad, la pérdida del apetito y otras molestias físicas, sumado al miedo a que le lastimen una zona corporal recién operada o irradiada, o a la pena de mostrarse desnudo y que su pareja no acepte su nuevo cuerpo.


El cáncer lastima fuertemente a la sexualidad, entendiendo a ésta como el disfrute, la alegría y la esperanza. Si no se trabajan la autoestima, el erotismo, la seguridad y confianza propias, difícilmente estos pacientes van a fortalecerse para vencer sus miedos, ansiedades y duelos.

miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Es tan malo ser mujer?



“Mariana solo tiene 14 años, pero ya está “prometida”. Dentro de dos días será la ceremonia y está tan asustada que apenas acierta a sonreír. Vive en un pequeño pueblo llamado Sare Yoba en la región de Kolda, al sur de Senegal. Igual que sus vecinas y amigas ha sufrido la mutilación genital femenina. En este país está prohibida desde 1999, pero el peso de la tradición es muy fuerte, así que las madres se llevan a las niñas a Gambia o Guinea y aprovechan para practicarles allí la ablación*.”



Así comienza la nota que publica el diario El País de España donde da a conocer una cifra escalofriante: 70 millones de mujeres africanas han sufrido la ablación y en una treintena de países del continente se sigue practicando a diario, sobre todo en Somalia, Eritrea o Yibuti donde el 90% de mujeres han sufrido la mutilación de sus genitales.


*La mutilación genital femenina o ablación es la extirpación total o parcial de los órganos genitales externos, realizada con fines religiosos, culturales o por cualquier otra razón de carácter patriarcal basada en el desconocimiento de los derechos de las mujeres.


La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha hecho múltiples llamados a la comunidad internacional para erradicar esta práctica que viola los derechos humanos fundamentales y pone en peligro la salud de más de 3 millones de niñas y mujeres que se someten a la práctica anualmente.


Las complicaciones de la ablación incluyen dolor agudo (muchas veces es practicada sin anestesia), conmoción, hemorragia, infecciones, ulceraciones, retención de orina, lesiones de los tejidos adyacentes y hasta la muerte. Sin contar los traumas sicológicos y las disfunciones sexuales que padecen estas mujeres durante toda sus vidas.


La ablación femenina constituye uno de los peores crímenes de género que existe en  el mundo y se une a la triste situación de millones de mujeres que también sufren violencia doméstica, violaciones, esclavitud sexual, matrimonios forzados, homicidios o quemaduras por negarse a casarse temprano e incluso, obligación de guardar luto toda la vida cuando enviudan porque “les trajeron mala suerte a sus maridos muertos.

viernes, 1 de febrero de 2013

El cáncer, un enemigo que se puede combatir


En nuestro país cada año unos 60.000 colombianos desarrollan un cáncer y aproximadamente 34.000 mueren por algún tipo de tumor maligno. Se calcula, según la Liga Colombiana contra el Cáncer que en esta década alrededor de 750.000 colombianos desarrollarán un cáncer y 450.000 morirán por esta causa.




El cáncer de cuello uterino y el de mama son las principales causas de cáncer en la mujer según la ENDS, 2010, última encuesta realizada por Profamilia, esta, revela que el cáncer de mama ocupó el primer lugar con cerca de 7.000 nuevos casos cada año seguido por el cáncer de cuello uterino con 5.600 casos nuevos cada año.

En la mortalidad por cáncer, el cáncer de cuello uterino continúa ocupando el primer lugar en muchos departamentos y se estima que las tasas de mortalidad para ambos cánceres están en 10 muertes por cada 100.000 mujeres. (ENDS, 2010).

En el caso de los hombres, el cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común entre los colombianos, además del cáncer de piel. Se calcula que para este año habrá cerca de 6.500 nuevos casos de cáncer de próstata y que unos 3.000 hombres morirán por esta enfermedad. Según las cifras que maneja la Liga Colombiana contra el Cáncer, la mortalidad por este cáncer se ha triplicado en los últimos 30 años.


Dentro de los tipos de cáncer que afectan la salud sexual y la salud reproductiva encontramos el cáncer de testículo. Este es el cáncer más frecuente en hombres entre 15 y 35 años y su pronóstico depende de su detección temprana. El urólogo de Profamilia, Dr. Fabián Hernández, asegura que en todas las campañas de publicidad se promueve el autoexamen de senos pero no se menciona el autoexamen testicular para detectar precozmente este tipo de cáncer y asegura que es muy importante hacerlo. 


El panorama mundial no deja de ser menos preocupante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al cáncer como una de las principales causas de muerte en todo el mundo;  se estima que unas 7.6 millones de personas mueren cada año por esta patología y se proyecta que para 2030 la cifra aumente a 11.5 millones.


La OMS alertó que los tipos de cáncer que ocasionan mayor número de defunciones anuales son de pulmón (1.37 millones), estómago (736 mil), hígado (695 mil), colon (608 mil), mama (458 mil) y Càncer de Cuello Uterino (275 mil).


La OMS afirma que el 30 por ciento de las muertes por cáncer se deben a factores de riesgo prevenibles o modificables: índice de masa corporal elevado (léase sobrepeso u obesidad), ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y de alcohol.


Las infecciones virales, hepatitis B (VHB) y C (VHC) y virus de papiloma humano (VPH) son responsables de 20 por ciento de decesos por cáncer en los países de ingresos bajos y medios. De hecho, la vacunación contra el VPH se considera actualmente como la medida más efectiva, junto con la citología vaginal para prevenir el cáncer de cuello uterino en las mujeres.


Además de los factores de riesgo prevenibles, diferentes estudios han evidenciado que la inequidad en el acceso a los servicios de salud, la pobreza y la limitación de los recursos tecnológicos, impiden un diagnóstico y tratamiento adecuados que permitan realmente disminuir la mortalidad por cáncer. La conjunción de campañas masivas de salud con la mejoría en la prestación de servicios a toda la población, serán las armas más contundentes para combatir el flagelo del cáncer.

Màs informaciòn en: www.profamilia.org.co